¿Por qué le dicen “jates” a los hot dogs en La Paz, BCS? Esta es la historia detrás del nombre
Si visitas La Paz, Baja California Sur, y escuchas hablar de “jates”, te estarás preguntando qué son. Para los paceños, no hay duda: se trata de una deliciosa variante del hot dog, pero con una historia y características que lo han convertido en un ícono de la ciudad.
El término “jate” o “hate” surgió en la década de los 80, gracias a los estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica Número 1 (ETI). Ellos popularizaron el nombre como una forma de adaptar la palabra en inglés “hot dog”, jugando con la pronunciación para convertirla en “jate”.
Este apodo no solo se quedó en el vocabulario estudiantil, sino que rápidamente se extendió por toda la ciudad, marcando el inicio de una tradición culinaria.
¿Cuál es la diferencia del “jate” al “hot dog”?
Los “jates” no son cualquier hot dog. Lo que los hace únicos comienza con el pan: un bollo casero, esponjoso y siempre fresco, elaborado especialmente para este platillo. A esto se le suma una salchicha Longmont, envuelta en tocino, que le da un sabor incomparable. Este tipo de salchicha, conocida por su calidad, es difícil de encontrar en otras regiones de México, lo que hace que probar un jate en La Paz sea una experiencia única.
Hoy en día, los carritos de jates están presentes en casi todas las esquinas de la ciudad, ofreciendo una opción deliciosa y accesible a cualquiera que quiera disfrutar de este bocado nocturno. Los jates han trascendido su origen humilde para convertirse en un símbolo de identidad y sabor en La Paz, un platillo que ningún visitante debería perderse.
Entonces, ¿te animas a probar un jate?