Las Galletas Roncadoras: Un Clásico Crujiente de las Costas de Baja California Sur

Las galletas roncadoras son uno de los postres más emblemáticos de la gastronomía de Baja California Sur. Su característico crujido al morderlas –fruto de su doble horneado que las deja completamente secas– les ha valido su peculiar nombre y las ha convertido en un acompañamiento tradicional en hogares y rancherías de la región.
Orígenes en la navegación marítima
La historia de la galleta roncadora se remonta al siglo XVI, cuando era conocida como galleta marinera. En aquella época, este alimento era esencial para los navegantes que realizaban largas travesías entre España y América, ya que su preparación garantizaba una larga conservación sin riesgo de que se echara a perder.
Por este motivo, también se le llamó “pan de barco” o “pan de pirata”. Su elaboración se basaba en el concepto del bizcocho, término derivado del latín bis coctus, que significa “cocido dos veces”. Esta doble cocción eliminaba toda la humedad del pan, evitando la formación de moho y permitiendo su almacenamiento por meses en las embarcaciones.
Un alimento que se arraigó en Baja California Sur
Con la llegada de los colonos españoles a la península de Baja California, la galleta marinera se adaptó a la dieta local y con el tiempo adoptó el nombre de “roncadora”, en alusión al sonido que produce al romperse entre los dientes.
Gracias a su practicidad, los pescadores y marinos sudcalifornianos la incorporaron como parte fundamental de sus provisiones en el mar.
Con el paso de los años, su popularidad trascendió los muelles y se convirtió en un postre tradicional en barrios y ranchos, siendo el complemento ideal de una taza de café, en la que suele remojarse para suavizar su textura.
En la cultura popular de Baja California Sur, existen anécdotas sobre niños que, al ver desaparecer su galleta en la bebida, exclaman con sorpresa: “¡La galleta se tomó mi café!”, reflejando así la arraigada tradición de disfrutar este crujiente manjar en la región.