Los nuevos protectores del mar en Baja California Sur

Un grupo de organizaciones civiles y la comunidad de pescadores impulsan proyectos que regeneran acuíferos, rescatan especies en peligro de extinción y fortalecen comunidades en Baja California Sur.
Hace más de una década, algunas especies marinas, como el callo de hacha, estuvieron al borde de la desaparición en Baja California Sur.
La pesca descontrolada y la contaminación amenazaban con extinguirlas, pero un grupo de pescadores y organizaciones civiles decidieron actuar para cambiar el destino del ecosistema marino y preservar su legado familiar.
Uno de los protagonistas de esta historia es Hubert Méndez, un pescador de El Manglito, La Paz, cuya conexión con el mar comenzó en su infancia. Como quinta generación de una familia dedicada a la pesca, creció escuchando relatos de su padre sobre un océano abundante en peces, almejas y algas. Sin embargo, al llegar a la adultez, se encontró con un escenario distinto: la sobreexplotación y la pesca ilegal habían devastado los recursos marinos.
En 2011, los pescadores locales realizaron un censo en la bahía de la Ensenada y descubrieron que solo quedaban 60,000 ejemplares de callo de hacha en más de 5,000 hectáreas. La cifra fue impactante y difícil de creer para la comunidad. Un segundo conteo arrojó un resultado aún más alarmante: 40,000 ejemplares, evidenciando la rápida disminución de la especie.
A pesar de las diferencias iniciales, los pescadores comprendieron la urgencia de la situación y, con el apoyo de la organización Noroeste Sustentable (NOS), decidieron tomar medidas drásticas. En 2012, llegaron a un acuerdo para suspender la pesca en la zona y permitir la regeneración de las especies.
NOS, que forma parte del brazo filantrópico de iAlumbra, ha trabajado desde 2008 en la restauración de ecosistemas y el fortalecimiento de comunidades pesqueras.
iAlumbra, a su vez, es una plataforma que agrupa a 15 organizaciones comprometidas con la sostenibilidad en áreas clave como la vitalidad oceánica y el desarrollo comunitario.
El esfuerzo conjunto entre pescadores y organizaciones ha demostrado que la regeneración del ecosistema marino es posible cuando se combina el conocimiento tradicional con la ciencia y el compromiso comunitario. El mar de Baja California Sur, que parecía condenado, hoy tiene nuevos guardianes dispuestos a protegerlo para las generaciones futuras.