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El Tramo de la Muerte de Ligüi: la leyenda urbana que aterra en Loreto, Baja California Sur

La cuesta de Ligüi, en Baja California Sur, es famosa por sus peligrosas curvas y leyendas aterradoras, ganándose el nombre de “el tramo de la muerte”.

En el corazón de Baja California Sur, la temida cuesta de Ligüi, en el municipio de Loreto, es conocida no solo por sus peligrosas curvas y descensos, sino también por las misteriosas y aterradoras historias que la rodean.

Este trayecto de once kilómetros de cuesta y quince de descenso, hasta llegar al poblado más cercano, El Ligüi, ha sido escenario de numerosos accidentes trágicos, ganándose el inquietante apodo de “el tramo de la muerte”.

Entre las muchas historias que circulan sobre este lugar, una de las más escalofriantes es la de la mujer vestida de blanco y sin cabeza que aparece repentinamente en la carretera o incluso dentro de los vehículos. Se dice que esta aparición ha causado pánico entre los conductores y pasajeros que tienen la desventura de encontrarse con ella.

Una versión de la leyenda remonta a los años 70, cuando un torton cargado con más de diez toneladas de cemento sufrió un accidente en la bajada de la herradura. El seguro de la cabina se soltó, y con la velocidad, el vehículo se estrelló contra un cerro, volcándose.

En el accidente, el chofer y su esposa murieron, la mujer fue decapitada. Relatos locales aseguran que ella no quería viajar ese día, pero su esposo la obligó, y ahora su espíritu deambula por la cuesta, apareciéndose a quienes pasan por allí.

Los relatos de quienes han experimentado encuentros paranormales en la cuesta de Ligüi son numerosos. Un ejemplo notable es el de un trailero que, mientras viajaba rumbo a San Quintín, tuvo una experiencia aterradora. En medio de la neblina y la oscuridad de la madrugada, creyó ver una figura que parecía una vaca cruzando la carretera.

Al intentar frenar, sintió un frío extraño en su espalda y una mano que rozaba su pelo. Al mirar por el retrovisor, vio la silueta de una mujer vestida de blanco y sin cabeza, con ropas ensangrentadas. La figura se desvaneció rápidamente, pero el miedo quedó grabado en su mente. Al llegar a su destino, contó la experiencia a sus compañeros, aun temblando y con los ojos rojos por la tensión del susto.

René Herrera

Con formación en Relaciones Internacionales por la UQROO Campus Chetumal, combino mi interés por los temas globales y virales con la creación de contenido dinámico. Apasionado por la música, las series y el entretenimiento.

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