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San Juan Tlilhuaca: la joya prehispánica de Azcapotzalco que resiste al paso del tiempo

Este pueblo originario de la CDMX guarda siglos de historia, desde sus raíces tepanecas y mexicas hasta su singular culto a los “dos San Juanes”.

Enclavado en la alcaldía Azcapotzalco, San Juan Tlilhuaca es uno de los pueblos más antiguos de la Ciudad de México. Fundado en el periodo Posclásico Tardío, formó parte del señorío tepaneca antes de ser conquistado por los mexicas. Más tarde, con la llegada de los españoles, fue evangelizado por los dominicos, quienes fusionaron el culto a San Juan Bautista y San Juan Evangelista, en lo que hoy es su emblemática parroquia. El pueblo conserva su identidad a través de su arquitectura tradicional, su fiesta patronal y leyendas locales que lo convierten en un símbolo vivo de la historia capitalina.

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San Juan Tlilhuaca, ubicado en la alcaldía Azcapotzalco, es uno de los 25 pueblos originarios que aún conserva su identidad en la actual Ciudad de México. Con orígenes en el periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), esta localidad fue parte del señorío tepaneca antes de ser conquistada por los mexicas en 1428.

El nombre Tlilhuaca proviene del náhuatl y significa “Lugar de lo negro”, posiblemente relacionado con prácticas de medicina tradicional, herbolaria y rituales antiguos. En sus inicios, el pueblo rendía culto al dios Xochipilli, señor del canto, las flores y la alegría.

Tras la conquista española en 1521, el proceso de evangelización trajo consigo la transformación religiosa del lugar. Los dominicos dedicaron el pueblo a San Juan Bautista, aunque también se erigió una capilla para San Juan Evangelista, en un intento por apaciguar las divisiones entre tepanecas y mexicas que habitaban la zona. Posteriormente, el virrey Álvaro Manrique unificó ambos cultos en un solo templo, dando origen a la Parroquia de los dos San Juanes.

Hasta mediados del siglo XX, las fiestas patronales se celebraban por separado, pero desde los años cuarenta, ambas comunidades acordaron fusionarlas en una sola gran festividad en honor a San Juan Bautista, el 24 de junio. Esta celebración sigue siendo el corazón de la vida comunitaria.

San Juan Tlilhuaca conserva una riqueza arquitectónica y cultural única: calles empedradas, casas de vivos colores, el Panteón de administración comunal, y leyendas como la de la Glorieta de los Ahuehuetes, donde se dice que siete sabios plantaron árboles en un antiguo ojo de agua.

Hoy, este pueblo originario es un testimonio vivo de la historia de la capital, enclavado cerca de la estación Aquiles Serdán del Metro, y resguarda con orgullo su herencia indígena, colonial y contemporánea.

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