En la península de Baja California, diversas actividades ilegales como la pesca de totoaba, la caza furtiva del borrego cimarrón y la extracción excesiva de la salvia blanca, pueden causar daños significativos al ecosistema. Estos actos provenienen de otras actividades delictivas diversificadas y representan una amenaza ambiental.
José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México, alerta sobre la falta de coordinación y cumplimiento de regulaciones ambientales. También advierte que la falta de acción conduce a que los daños medioambientales solo se queden en denuncias públicas sin llegar a judicializarse.
Zavala destaca que el 90% de estos delitos permanece sin descubrir, subrayando la pérdida significativa de especies de flora y fauna que representa un impacto perjudicial en el ecosistema. Ejemplifica el caso del buche de totoaba, valioso pero amenazante para la vida marina, especialmente la vaquita marina.
La investigación de la Fiscalía General de la República revela que la delincuencia organizada controla el tráfico del buche de totoaba desde el Mar de Cortés hasta el mercado asiático. Este producto se comercializa por sus nutrientes y propiedades afrodisíacas.
En el caso del borrego cimarrón, la falta de permisos para la caza legal propicia la caza furtiva y la impunidad que rodea a la persecución de estos animales.
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Zavala, ponente en el Tercer Seminario Institucional de Criminología Verde, resalta que otras especies menos icónicas, como la salvia blanca, enfrentan una extracción desmedida. Aunque es utilizada en ceremonias por los pueblos originarios, aún no se ha logrado un cultivo domesticado para evitar el saqueo en su entorno silvestre.
También ejemplifica casos pasados, como el de la jojoba, cuyo aceite valioso llevó a una extracción intensiva, y otras como la palmilla y la dudleya, que son objeto de comercio ilegal como plantas ornamentales.
Zavala enfatiza que Baja California ahora cuenta con una nueva autoridad ambiental para coordinar los intereses ambientales, establecer inspección y vigilancia, y cumplir con las regulaciones para proteger la diversidad y el ecosistema.
También destaca la importancia de gestionar los recursos naturales con inteligencia para preservar las construcciones socioculturales.
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