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A Sheyla le ofrecieron protagónico, pero le exigían bajar 40 kilos

Sheyla recuerda que llegó a la Ciudad de México a sus 22 años para probar suerte en el mundo del entretenimiento, sin embargo, para ella no fue tan sencillo hacerse un lugar en la televisión, pues a pesar de que el sobrepeso que padeció le abrió las puertas de la comedia, también le puso trabas a la hora de ser considerada en papeles protagónicos.
La actriz fue entrevistada por Mara Patricia Castañeda a quien confió el camino que tuvo que trazar para hacerse de la carrera que hoy la respalda.
La originaria de Culiacán, Sinaloa, comenzó a cantar a sus 11 años, pero en esas épocas no tenía la menor idea del potencial de su talento, pues recuerda que cantaba en su casa como una mera distracción.
Sin embargo, no fue sino hasta que la cantante de su secundaria finalizó sus estudios que los directivos buscaron un reemplazo y Sheyla, fue una de las adolescentes que realizó el casting, interpretando el tema “Señora, señora”, de Denisse de Kalafe.
“Yo no sabía que cantaba, yo nada más pegada mis gritos ahí en la casa, empecé (a cantar) y me dicen: ‘Tú vas a hacer nuestra nueva cantante'”, recordó.
Fue así que compaginó sus estudios con el canto, hasta que en 1995, cuando la cantante tenía 22 años viajó desde su natal Culiacán a la Ciudad de México para concursar en “Valores Juveniles”, programa en el que quedó en el segundo lugar.
Sin embargo, la culichi no se dio por vencida y siguió tocando puertas, como cuando dio con las audiciones para el grupo Curvas peligrosas, lanzado por el productor Luis de Llano, aunque recuerda que no la tomó en consideración, debido a que las integrantes que ya había seleccionado eran muy altas y Sheyla es de estatura baja.
“Sacó un grupo de gorditas que se llamaba ‘Curvas peligrosas’, pero ellas eran altísimas, yo no, yo soy chiquitita, mido 1,50, pero yo también tengo mis curvas”, bromeó.
Y aunque el sueño de Sheyla, en realidad, era convertirse en cantante, De Llano vio en ella un potencial que no se limitaba sólo al ámbito musical, pues creía que la joven podía diversificarse a través de la actuación y la comedia.
“Luis veía mi talento, lo que yo no veía en mí, él lo alcanzaba a ver, entonces me dijo: ‘Tú te quedas y vamos a trabajar contigo’, me llama y empiezo a hacer telenovelas… yo no estudié actuación”, destacó.
Su gran oportunidad llegó con “Cero en conducta”, el programa de comedia de Jorge Ortiz de Pinedo, donde se dio a conocer entre la audiencia mexicana.
Otra gran oportunidad que llegó a su vida profesional fue cuando una productora le propuso ser la protagonista de la telenovela que estaba por grabar, aunque condicionó a la actriz para obtener el papel, al pedirle que bajara 40 kilos en un mes, motivo por el que la envió con un nutriólogo que, según lo que le expresó. la ayudaría a bajar todo el peso que requería.
“Una persona me pidió así de: ‘Te doy el estelar, pero necesito que bajes 40 kilos en un mes’, me mandaron con un médico allá en Polanco, a gastar un dinero que no tenía, estaba enormesísima, y me acuerdo que me mandó, me puse a dieta, no baje ni un kilo, subí, era un estrés porque yo quería, de verdad, con todo el amor del mundo ese estelar”, precisó.
Sheyla rememora que la productora no le avisó siquiera que había elegido a otra actriz para el papel: “No me dieron ni las gracias, no era para mí, lo tomé así, pero lloré mucho, no te voy a decir que fue fácil porque, para mí, era una gran oportunidad”, indicó.
En 2006, la actriz se sometió a una manga gástrica que la ayudo a bajar de peso.

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