Día Internacional del Beso. ¿Cómo surgió y por qué se celebra?
Este 13 de abril se conmemora el Día Internacional del Beso, en cual tiene como principal objetivo homenajear y rememorar el más largo de toda la historia.
Asimismo, esta fecha es un recordatorio de la importancia que tiene el beso para las relaciones humanas.
¿Por qué se celebra el Día Internacional del Beso cada 13 de abril?
El Día Internacional del Beso se celebra esta fecha debido al acto simbólico de kkachai y Lksana Tiranarat, una pareja tailandesa, de 70 años, tras protagonizar el beso más largo de la historia con una duración de más de 58 horas en un concurso.
Su esfuerzo les valió para hacerse un lugar en el libro de Récord Guinness y para que su triunfo quedara inmortalizado en un día, que se celebra sin falta todos los años.
Ni el hombre ni la mujer podían romper el beso, por lo que su libertad de movimiento estaba limitada. Sentarse, descansar o dormir fueron actividades a las que la pareja tuvo que hacer caso omiso para poder obtener el anhelado título. Y, aún con todas condiciones desafiantes a sus espaldas, lograron ganar.
“Estaban muy exhaustos porque no durmieron durante dos días y medio, tenían que estar de pie todo el tiempo, así que estaban muy débiles”, dijo Sompron Naksuetrong, vicepresidente de Ripley’s Believe It or Not! de ese momento, a la agencia de noticias AFP.
Ekkachai y Lksana Tiranarat no solo lograron anteponerse a las otras ocho parejas que se encontraban aquel día en el evento organizado por Ripley’s Believe It or Not! Pattaya, en Tailandia, sino que también se superaron a ellos mismos. ¿La razón? Anteriormente habían conseguido una marca de 46 horas, 24 minutos y 9 segundos consecutivos en el mismo certamen.
Además del reconocimiento Guinness, la pareja se llevó a su casa un premio en efectivo y dos anillos de diamantes, señala la máxima autoridad en materia de logros que rompen récords en su página web.
Los registros antiguos detallan que el beso es una práctica que tuvo su origen en la India y, después, llegó a Europa de la mano de las invasiones de Alejandro Magno. Existe evidencia de su existencia en la Biblia, pero también en la poesía de Homero o en textos escritos que datan de cientos de años atrás.