Sin duda alguna una de las leyendas por excelencia que existen en el estado de Baja California Sur es la de la mujer de la carretera del Ligüí que se encuentra en el Municipio de Loreto. Muchos sudcalifornianos y personas de otros estados de la república mexicana hacen lo imposible para no cruzar de noche pues esta carretera y sus peligrosas curvas son muy conocidas porque siempre están desoladas y la energía que se percibe en el lugar es indescriptible.
Las personas mayores de la entidad cuentan con frecuencia la historia de una bella mujer que se puede ver en la madrugada ella siempre esta sollozando, con su rostro cubierto como si llorara todo el tiempo, nunca se le puede ver su rostro, por ello muchas personas sin saber hacen la parada obligatoria para saber qué es lo que tiene y sin saberlo la suben a su automóvil provocando con ello un desenlace nada feliz.
Muchos incrédulos a través del tiempo se han reído y hasta mofado de la leyenda de esta bella mujer pero lo han experimentado en carne propia quedando sin palabras en sus relatos. Lo que más sorprende de esta leyenda es que la bella mujer parece ser muy joven y a su vez amable y a ciencia cierta no se sabe porque llora, muchos dicen que por un amor que la abandonó, otros con más agallas sostienen que fue un asesinato pero lo que sorprende de todo ello es la facilidad que tiene la dama para subirse a los automóviles ya que de un segundo a otro ella ya está arriba de ellos, aunque muchas veces no se haga la parada. Algunas personas que pasan diariamente por el lugar sostienen que rezan sin parar por ese tramo carretero de peligrosas curvas y que esto les ha ayudado a que no tengan una experiencia con lo paranormal.
No a todos los que pasan por el lugar se les aparece, dicen que la mujer escoge a sus víctimas y todos tienen un común denominador que es el que son hombres. Quienes han vivido esta pesadilla dicen que dura minutos los cuales aparecen una eternidad y que al ver en su retrovisor pueden observar como la bella mujer se va descarapelando hasta ver un esqueleto viviente que se difumina de la nada.
Los tramos carreteros siempre parecen ser el sitio perfecto para estas leyendas y sobre historias que guardan dolor en aquellos fantasmas que se aparecen y que se niegan a irse del lugar pues las personas que pasan dirimente por el lugar son su alimento diario, pues todo ello depende en gran medida a la energía que como personas emanamos.
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