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Leyenda Urbana: La mansión embrujada de Plutarco Elías Calles

En el municipio de La Paz, a la orilla de la carretera y sobre una curva en el ejido Plutarco Elías Calles, se encuentra una misteriosa construcción envuelta en leyendas y mitos. Esta estructura, que alguna vez fue una escuela primaria, aún guarda en sus paredes los nombres de antiguos maestros. Además de su uso educativo, la casa también sirvió como vivienda, aunque sus numerosos inquilinos la abandonaban inexplicablemente después de habitarla solo unos días.

Los relatos locales indican que, para 1932, la casa ya había tenido siete dueños. Con el paso de los años, las historias sobre los inesperados abandonos de la casa se convirtieron en un enigma sin resolver. En la década de los 90s, una familia que se quedó varada en la carretera tuvo una experiencia sorprendente.

Al ver la casa iluminada, se acercaron en busca de ayuda. Un hombre amable, vestido con una túnica café, les ofreció comida y un lugar para dormir. Sin embargo, al despertar al día siguiente, la familia encontró la casa en total abandono, sin cocina, luces ni ventanas. En las paredes colgaban fotografías antiguas, entre las que destacaba una del hombre que les había ayudado. Se dice que este hombre era un espíritu que les prestó su ayuda desde el más allá.

Aunque la casa permanece en ruinas, las leyendas no infunden temor, sino asombro. Numerosas personas han compartido historias similares: tras sufrir accidentes o contratiempos, encontraron la casa aparentemente arreglada y fueron socorridos por un hombre vestido de padre. Este les ofrecía refugio y comida, pero al despertar, la casa volvía a estar en ruinas. Según la leyenda, este hombre era un párroco de la diócesis de La Paz, de apellido Pereyda, quien murió en un accidente mientras viajaba a Cabo San Lucas. En vida, el padre Pereyda ayudaba a los necesitados, y se cree que su espíritu se quedó en la casa como un guardián eterno del ejido Plutarco Elías Calles.

Otra leyenda sugiere que la casa sirvió de inspiración para el compositor mexicano Ramón Ayala, conocido como el Rey del Acordeón. Se dice que su famosa canción “Finca de adobe” hace alusión a esta enigmática casa.

A pesar de su estado actual de abandono, la casa sigue siendo un lugar de fascinación, donde las historias de ayuda sobrenatural y apariciones misteriosas continúan cautivando la imaginación de quienes las escuchan.

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