El proyecto “Kuni”, impulsado por la empresa Maravia, ha encendido las alarmas entre los sudcalifornianos en La Paz, por sus preocupantes implicaciones en el acceso a playas públicas y la vida local. Este megaproyecto turístico inmobiliario, que abarca 1,658 hectáreas desde la popular playa El Tecolote hasta Puerto Mexía, plantea la privatización de 18 kilómetros de costeras que han sido históricamente disfrutadas por la comunidad.
El desarrollo incluye la construcción de 20,000 cuartos de hotel y más de 3,000 viviendas, lo que podría transformar radicalmente la dinámica social y económica de la región. Con solo dos caminos de acceso a estas playas, surge el temor de que el acceso público sea severamente restringido.
Organizaciones como BCSicletos y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental han expresado su preocupación por la posible violación de derechos de los paceños a disfrutar de su patrimonio recreativo. Además, advierten que este tipo de proyectos puede disparar el costo de vida y desplazar a las comunidades locales.
¿Cuáles son las dudas ambientales del proyecto?
A pesar de que Maravia presentó una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) asegurando que se respetarán los accesos a la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), las organizaciones locales han señalado que esto no garantiza el cumplimiento de las normativas. Las regulaciones exigen accesos de entre 8 y 13 metros cada kilómetro, un requisito que podría no cumplirse.
¿Cuáles han sido las reacciones de la comunidad?
La posible privatización de las costas ha generado una fuerte oposición en la comunidad. La organización local “Cómo Vamos La Paz” resalta que estos megaproyectos suelen beneficiar a intereses externos, mientras los residentes corren el riesgo de perder su acceso a espacios recreativos esenciales.
¿El destino de las playas de La Paz está en la cuerda floja ante la amenaza del proyecto “Kuni”? Aunque la inversión en infraestructura turística puede traer desarrollo, los riesgos de exclusión y privatización plantean un dilema preocupante.
