El 16 de diciembre de 2024, un sismo de mediana intensidad sorprendió a los habitantes de Baja California Sur, a tan solo minutos de las 13:00 horas (hora del centro). El epicentro del movimiento telúrico, de 4.3 grados de magnitud, se localizó en las cercanías de Santa Rosalía, a 67 kilómetros al noreste de la ciudad, a una profundidad de 10 kilómetros, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
El temblor se registró a las 12:48 horas (18:48 UTC) y, por el momento, no se han reportado daños materiales ni personales en la zona. No obstante, las autoridades se mantienen atentas a cualquier posible afectación.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) emitió un llamado a la población para mantenerse alerta y no caer en rumores ni noticias falsas. Se instó a consultar únicamente fuentes oficiales, como las autoridades locales, estatales y federales de Protección Civil.
En caso de sismos, se recomienda revisar las viviendas en busca de posibles daños, evitar el uso del teléfono móvil salvo en emergencias y no encender cerillos o velas hasta confirmar que no hay fugas de gas. Además, se recordó que es posible que se presenten réplicas, por lo que se debe permanecer en un estado de vigilancia.
El Cenapred también brindó recomendaciones para prevenir riesgos antes, durante y después de un sismo. Se sugiere tener un plan de protección civil familiar, organizar simulacros de evacuación, identificar las zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y contar con una mochila de emergencia preparada con lo necesario.
En el caso de un sismo, es fundamental mantener la calma. Se debe resguardarse en una zona segura, alejarse de objetos que puedan caer y, si se está en un vehículo, estacionarse lejos de edificios, árboles y postes. Para quienes se encuentren en la costa, es importante alejarse de la playa y dirigirse a zonas altas.
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México, una nación sísmica
México se encuentra en una de las zonas de mayor actividad sísmica del mundo, lo que lo hace vulnerable a terremotos. A lo largo de la historia, eventos sísmicos de gran magnitud han dejado huella, siendo los terremotos de 1985 y 2017 los más recordados.
El terremoto de 1985, con una magnitud de 8.2 y epicentro en Guerrero, causó miles de muertes y devastación en la Ciudad de México. A pesar de los esfuerzos de reconstrucción, el país no ha dejado de ser vulnerable a movimientos telúricos de gran magnitud. En 2017, otro sismo, esta vez de 7.1 grados y con epicentro en los límites de Puebla y Morelos, dejó 369 muertos y miles de afectados.
Sin embargo, no solo los grandes terremotos son destructivos. En 1787, un sismo de magnitud 8.6, considerado el más fuerte registrado en la historia de México, sacudió Oaxaca y desató un devastador tsunami. Este evento forma parte de la actividad sísmica generada por la Brecha de Guerrero, una zona con alta acumulación de energía geológica que podría generar futuros terremotos de gran magnitud.
Así, los sismos son una constante en la vida de los mexicanos, recordando la importancia de la prevención y preparación ante estos fenómenos naturales.