En la pintoresca localidad de La Purísima – San Isidro, en el municipio de Comondú, Baja California Sur, reside una leyenda que ha perdurado por generaciones: la historia de Charles Blackman, conocido entre los lugareños como “El Vampiro de La Purísima”. Esta figura enigmática, envuelta en misticismo y oscuridad, ha capturado la imaginación de residentes y visitantes por igual.
Según relatos locales, Charles Blackman era un ingeniero mecánico extranjero que llegó a trabajar en la mina “El Boleo” en Santa Rosalía, a finales del siglo XIX. El misterio rodea su llegada, pues no existen registros precisos de su arribo a la región, lo que añade un aura de intriga a su historia.
El apodo de “El Vampiro de La Purísima” sugiere un relato cargado de simbolismo y leyendas. El apellido Blackman evoca reminiscencias de “Blakman”, término utilizado históricamente en Europa y Estados Unidos para referirse a criaturas nocturnas, particularmente vampiros. Esta asociación ha llevado a algunos a especular sobre conexiones más allá de las fronteras geográficas y culturales.
La leyenda se entrelaza con narrativas de antiguos ritos practicados por los dacios en Transilvania, Rumanía, territorio legendario de vampiros y seres de la noche. Estos relatos, que han trascendido generaciones, reflejan la intensa fascinación y temor hacia tales figuras en varias culturas.
Durante años, los habitantes de La Purísima y San Isidro vivieron con el temor latente de la profecía del retorno del vampiro, alimentando historias que han convertido a la región en un destino turístico notable. La majestuosidad del cerro El Pilón y las fascinantes narrativas locales han generado un impacto económico positivo en la zona, siendo valorado por los residentes locales.