La deliciosa fruta que regula la temperatura corporal
La alimentación de las personas debe ser balanceada para que el organismo pueda recibir todos los nutrientes que requiere para su funcionamiento y protección. Verduras, frutas, carnes y legumbres son las mejores opciones para lograr que las vitaminas, minerales, fibras y proteínas sean aportados de forma natural.
Esta es la mejor forma de cuidar de nuestra salud, además de complementarla con actividad física, un descanso adecuado y evitando vicios. El objetivo, destaca la mayoría de los especialistas, es construir hábitos positivos para el bienestar general presente y pensándolo para el futuro, por lo que cada decisión que tomamos a la hora de comer es de alto impacto.
Sandía para la salud
Cada vez que el tema de la alimentación nos convoca destacamos algún producto en particular y esta vez es el turno de la sandía. Se trata de una fruta originaria de África tropical que tiene más de 50 variedades en distintos rincones del mundo y es muy apreciada por ser rica en agua y sales y refrescante, según datos difundidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
La sandía le aporta al organismo L-citrulina (aminoácido), arginina, vitaminas A y C, potasio y licopeno (antioxidante), según informes difundidos por la Universidad Estatal de Florida y la Revista de Química y Alimentación Agrícola, ambas de Estados Unidos. Estos componentes son los que le otorgan a esta fruta propiedades muy positivas para el cuidado de la salud humana y es por eso que se recomienda su consumo.
Incorporar esta fruta en nuestra alimentación producirá en fuerte y positivo impacto en nuestro bienestar general. Es que su consumo ayuda a regular la temperatura corporal, mejora la función digestiva, refuerza el sistema inmune, promueve la producción de colágeno, ayuda a controlar los niveles de colesterol, previene la retención de líquidos y combate el accionar de los radicales libres sobre las células.
En definitiva, la sandía es ideal para reforzar la salud cardiovascular, según el fisiólogo Arturo Figueroa (Universidad de Florida), por todos los procesos en los que interviene y mencionamos con anterioridad.
