Amenaza a la bahía de La Paz: el impacto de los mega cruceros en el ecosistema

La bahía de La Paz, en Baja California Sur, es un santuario natural para el tiburón ballena (Rhincodon typus), el pez más grande del mundo y una especie clave en el ecosistema marino. Sin embargo, la llegada inminente de mega cruceros al puerto de Pichilingue ha desatado preocupación entre ambientalistas y habitantes locales, quienes advierten sobre los riesgos ecológicos de este ambicioso proyecto turístico.
Un proyecto que divide opiniones
En 2021, la Administración Portuaria Integral de Baja California Sur (API BCS) estableció un convenio con la empresa privada Aquamayan Adventures para permitir la llegada de megacruceros a la bahía. Aunque inicialmente el plan fue rechazado por incumplimientos ambientales, en 2024 fue retomado con modificaciones, aprobando el ingreso de hasta 150,000 turistas al año. Esta cifra representa un incremento significativo en comparación con los pasajeros recibidos en temporadas previas, lo que podría poner en riesgo la estabilidad del ecosistema.
Impacto ambiental: lecciones del pasado
El antecedente más cercano del impacto de los megacruceros en la bahía se remonta a la pandemia de COVID-19, cuando varias embarcaciones permanecieron ancladas en la zona. Estudios y reportes ambientales indican que esto generó contaminación y alteraciones en el comportamiento de especies marinas, incluyendo la desaparición temporal del tiburón ballena durante 2021.
Ahora, con la ampliación del muelle en Pichilingue para albergar simultáneamente dos megacruceros con capacidad de 5,000 pasajeros cada uno, los especialistas temen una afectación irreversible en la biodiversidad local. La creciente actividad turística podría comprometer la calidad del agua, desplazar especies y generar un impacto visual negativo en un destino reconocido por su belleza natural.
Reubicación industrial y sus implicaciones
Como parte del plan de modernización portuaria, en 2022 API BCS anunció el traslado de las operaciones comerciales e industriales de Pichilingue a San Juan de la Costa. Esta zona, al norte de La Paz, ya ha sido afectada por la extracción de roca fosfórica, y la creación de un puerto industrial podría agravar su deterioro ecológico.
El proyecto contempla una inversión inicial de 6.4 millones de pesos y la construcción de un libramiento carretero para evitar que el transporte de carga atraviese la ciudad de La Paz. Si bien las autoridades argumentan que esto mejorará la seguridad vial y reducirá la congestión, ambientalistas advierten que el crecimiento del turismo de cruceros podría generar nuevos retos en materia de conservación.
Preocupaciones y llamados a la acción
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) ha expresado su inquietud sobre la falta de supervisión ambiental en el proyecto. A pesar de que Aquamayan Adventures retiró en 2022 su solicitud de evaluación ante la SEMARNAT, la empresa sigue promoviendo su plan de expansión con la meta de recibir hasta 100 cruceros anuales en los próximos cinco años.
Ante este panorama, organizaciones ambientales y comunidades locales insisten en la necesidad de reconsiderar la estrategia turística de la región, apostando por un modelo sustentable que garantice el equilibrio entre desarrollo económico y conservación ecológica. La bahía de La Paz es un tesoro natural que merece ser protegido para las futuras generaciones.